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Cuando una familia se plantea la opción de ingresar a uno de los miembros de esta en una residencia de ancianos, se viven momentos duros y difíciles, ya que nadie está preparado para ello. Irremediablemente en la mayoría de las ocasiones es la mejor decisión que se puede tomar. Aunque el periodo de adaptación en una residencia de ancianos puede variar según la persona.

Ingresar a un familiar en un centro residencial no quiere decir que se le abandone o que se vaya a perder el contacto con él, todo lo contrario, puesto que lo único que se está intentando es que mejore su calidad de vida.

Residencia de mayores ‘San Andrés’ en Mombeltrán (Ávila)

En nuestra Residencia de Mombeltrán, al llegar un nuevo residente, comienza un nuevo reto, ya que para nosotros es muy importante el periodo de adaptación en una residencia de ancianos. Se trata de un periodo de tiempo muy personal, ya que en unos casos el periodo de adaptación en una residencia de ancianos puede abarcar desde algunos días hasta semanas, y en casos más complicados, meses. En este periodo, el nuevo residente, tiene que comenzar a sentir nuestro centro como su hogar, interiorizar las rutinas que llevamos a cabo, participar en las múltiples actividades que realizamos, socializar con sus compañeros así como encontrarse satisfecho con la comida.

Cuando el residente ingresa, realizamos un estudio y entrevista con el propio usuario y la familia para conocer las condiciones en la que se encuentra, tanto físicas, psicológicas/emocionales y sociales determinando así sus necesidades. Este momento puede ser complicado para todas las partes, el mayor puede llegar a sentirse incómodo e incluso desubicado, pues se trata de un gran cambio por lo que es muy importante conocer cada detalle para que nuestro equipo pueda conocer todas las esferas del mayor que ha ingresado, desde el primer día. Este análisis personalizado se da a conocer a todo el equipo de profesionales. Como bien hemos dicho antes, no es fácil ni para el nuevo integrante ni para la familia, por eso intentamos en todo momento que la familia siga presente durante todo el período de adaptación a su nueva situación, para que los sentimientos de angustia e incluso de culpabilidad se minimicen o desaparezcan.

La familia, un factor esencial para lograr la adaptación.

En este sentido, la familia es algo esencial para nosotros, ya que sabemos que para el nuevo residente es un apoyo incondicional además de suponer un punto de información muy valioso para nuestro equipo. Es por esto, que contamos con ellos durante todo el proceso, además de intercambiar a diario información sobre su estado, atendemos necesidades de vestuario o enseres personales que se hayan podido deteriorar, atendemos sugerencias acerca de comentarios que los usuarios hacen a sus familiares acerca de la comida, de las actividades, de su día a día en centro y que a veces por falta de confianza, estos no se atreven aún a comentar con nuestro equipo.

Por ejemplo: tenemos casos de usuarios que no se dirigen a nuestro equipo para hacerles alguna observación sobre la comida, la hora a la que le apetece levantarse, las prendas que más les gusta ponerse porque prefieren hacerlo a su familia. Es en este caso cuando la familia nos lo traslada a nosotros para que podamos intervenir. También se envían fotos del residente, de su participación en actividades, etc.

En nuestro centro tenemos un contacto muy cercano con todos los familiares, para ello contamos con un amplio horario de visitas, que se pueden realizar en nuestras instalaciones y por supuesto fuera de ellas. Además para las familias que no tienen la suerte de poder visitar a su familiar con tanta frecuencia como les gustaría tenemos un horario de llamadas y de videollamadas flexible, adaptándonos a horarios de trabajo de familiares u otras necesidades. No obstante, se revisa cada caso, para ajustarnos y dar todas las facilidades para que se realicen estos encuentros, ya sea con visitas o las citadas videollamadas.

Familias partícipes en las actividades del residente.

Por otra parte siempre invitamos a todos los familiares a que participen y nos ayuden con las actividades tan variadas que realizamos, ya que en ocasiones al comienzo de esta aventura el residente no se siente atraído por la simple incertidumbre de lo desconocido y el simple hecho de que alguien de su entorno cercano esté en la actividad le proporciona mucha seguridad y ganas de intervenir. Para acercarle más a las actividades, hablamos con el residente de sus gustos y preferencias, para adecuar la actividad lo máximo posible.

Para informar a las familias de estas actividades disponemos de un grupo interactivo de WhatsApp por el que se envía toda la información e incluso fotos y vídeos para que las familias que no han podido asistir puedan ser partícipes de ellas.

Otra demanda muy importante de las familias, sobre todo cuando hay un cambio en su estado de salud, son las necesidades técnicas, es por ello que la residencia se ocupa de la gestión de los productos de apoyo: cojines y colchones antiescaras, sillas de ruedas, andadores…

Sabemos que el período de adaptación puede ser complicado para un mayor y su familia, en nuestra Residencia de Mombeltrán, nos basamos en la cercanía y el trato directo y continuo con todas las partes implicadas para facilitar dicho proceso e integrar a la nueva persona en su nuevo hogar.